La barriga cervecera no sólo es un defecto estético, o una fuente de burlas inofensivas por parte de los amigos a quienes la padecen, sino que además es un problema de salud, ocasionado por la excesiva ingesta de azúcares, que deriva en una mayor dependencia a la insulina, y por ende, a la diabetes.
El término cervecera se da por la creencia popular a que se origina por el gas de la cerveza; aunque debe saberse que más bien es producida por el azúcar acumulada en el cuerpo, presente en muchas de las bebidas alcohólicas y embotelladas más populares.
Su eliminación puede representar un reto para cualquiera que así decida hacerlo, pero aplicando estos consejos, la tarea puede facilitarse para una mejor motivación.
Al parecer, la inmediata relación que muchos hacemos entre el consumo de cerveza y la aparición de esa llamada ‘Barriga cervecera’ podría tratarse de un simple mito, según investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en España.
Al realizar un estudio con varios paciente voluntarios, hombres y mujeres que se sometieron a un consumo específico de cerveza y a análisis físicos y morfológicos, no lograron reunir una evidencia clara de que el consumo constante de cerveza produjera un aumento de peso, o un crecimiento en el abdomen. No se vio un indicio claro de que aumentara la masa grasa en el cuerpo, ni el índice de masa corporal.
Por lo tanto, según la directora de la investigación, Ana María Veses, se puede dar por enterrado el mito de que tomar cerveza engorda y hace crecer la barriga.
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